La lluvia empaña el Viernes Santo

Después de semanas de un clima primaveral, Huelva se enfrentó a la realidad de dos borrascas sucesivas que desataron lluvias y fuertes vientos sobre la ciudad, especialmente afectando el Viernes Santo. Desde temprano, las predicciones meteorológicas ya anticipaban un día complicado, lo que llevó a la Hermandad del Santo Entierro a ser la primera en anunciar la suspensión de su salida, seguida por la decisión similar de las hermandades de Descendimiento y La Soledad, que habían esperado hasta último momento con la esperanza de un cambio en el clima.

Contrario a las suspensiones, la Hermandad de la Fe decidió aventurarse y salir a la calle, llenando de ilusión momentánea a los cofrades y vecinos del barrio de Viaplana. La agrupación musical del Cristo del Amor acompañó al paso de misterio bajo un cielo que amenazaba con romper en lluvia en cualquier momento. Los nuevos estrenos, como los respiraderos tallados y el policromado de la cartela frontal, fueron testigos de los breves momentos de esperanza antes de que la lluvia hiciera su entrada, obligando a la hermandad a regresar precipitadamente a su templo.

El sentimiento de tristeza se acentuó al caer la tarde cuando, bajo una lluvia persistente, se confirmó la suspensión de las restantes hermandades. El comunicado de la Hermandad del Descendimiento, que esperaba con su hábito el momento de salir, y la solemne decisión de la Hermandad de la Soledad de realizar la estación de penitencia en un acto íntimo en la oscuridad de su parroquia, marcó el final de un día que quedará grabado en la memoria de los onubenses por su silencio y recogimiento.

Este año, la Carrera Oficial se vio inusualmente vacía, un escenario desolador que contrasta con el vibrante espíritu de la Semana Santa onubense. Sin embargo, en medio de la adversidad, la fe y la devoción de los cofrades y de toda la ciudad se mantuvieron incólumes. La esperanza de un Domingo de Resurrección en el que la Hermandad pueda salir a las calles es el último hilo de luz en una Semana Santa que, aunque marcada por la lluvia, ha demostrado la fortaleza y unión de la comunidad religiosa de Huelva.

Con la vista ya puesta en el futuro, los onubenses esperan con ansias el próximo año, soñando con un Domingo de Ramos soleado y una Madrugá despejada, donde las calles de Huelva se llenen nuevamente de pasión, música y color, recuperando las tradiciones que hacen de su Semana Santa una de las más emblemáticas de España.